Conflictos por comercio e intereses comerciales. La presencia portuguesa en el Congo estuvo impulsada principalmente por motivaciones comerciales y económicas. Los portugueses estaban ansiosos por obtener acceso a los ricos recursos naturales del Congo, incluidos el marfil, el cobre y los esclavos, que eran productos valiosos en el mercado global. Sin embargo, el reino del Congo también buscó controlar y regular el comercio en sus propios términos, ya que vio el potencial de explotación económica y pérdida de autonomía si los portugueses ganaban demasiada influencia y poder. Surgieron conflictos sobre rutas comerciales, aranceles y monopolios comerciales, lo que tensó la relación entre las dos partes.
Dinámicas y disputas del poder político. El reinado de Alfonso I estuvo marcado por luchas internas de poder y disputas de sucesión dentro del reino del Congo. Estos desafíos amenazaron la autoridad y la estabilidad de Alfonso y lo hicieron vulnerable a la interferencia y manipulación de los portugueses. Los portugueses a menudo aprovecharon estos conflictos internos para promover sus propios intereses políticos y económicos, exacerbando las tensiones con el reino del Congo.
Malentendidos culturales y dificultades de comunicación. Las diferencias culturales entre los portugueses y los congo provocaron malentendidos y dificultades de comunicación. Las barreras lingüísticas, las diferentes creencias y prácticas religiosas y los sistemas políticos contrastantes dificultaron que las dos partes establecieran relaciones efectivas y de cooperación. Estas barreras culturales contribuyeron aún más a las tensas relaciones entre el reino del Congo y Portugal.