1. La ruptura con Roma:
El conflicto inicial de Enrique VIII con la Iglesia católica surgió debido a su deseo de anular su matrimonio con Catalina de Aragón, su primera esposa. El Papa se negó a conceder la anulación, lo que llevó a Enrique a romper con la Iglesia católica y establecer la Iglesia de Inglaterra, con él mismo como su Jefe Supremo. Este acto marcó el comienzo de la Reforma Protestante en Inglaterra.
2. Disolución de los Monasterios:
Como parte de sus esfuerzos por afirmar el control sobre la iglesia, Enrique VIII disolvió los monasterios y confiscó sus riquezas. Muchas órdenes religiosas católicas fueron desmanteladas y sus propiedades se redistribuyeron entre los cortesanos y partidarios del rey. Esta medida no sólo debilitó el poder de la Iglesia católica sino que también creó resentimiento entre el clero católico y la gente común.
3. Persecución a los católicos:
Enrique VIII inicialmente toleró la práctica del catolicismo después de la ruptura con Roma, pero a medida que la Reforma Protestante cobró impulso, promulgó leyes que suprimieron las creencias y prácticas católicas. Aquellos que se negaron a conformarse fueron objeto de persecución, incluido encarcelamiento, tortura e incluso ejecución. El ejemplo más destacado es la ejecución de Sir Thomas More, el ex Lord Canciller, que se negó a aceptar a Henry como jefe de la iglesia.
4. Peregrinación de Gracia:
La disolución de los monasterios y la persecución de los católicos provocaron un descontento generalizado, particularmente en el norte de Inglaterra. En 1536, estalló una rebelión conocida como la Peregrinación de Gracia, encabezada por nobles y católicos descontentos que buscaban restaurar la fe católica y revertir las políticas religiosas de Enrique. La rebelión fue finalmente reprimida por las fuerzas del rey, pero demostró el nivel de resistencia a los cambios religiosos de Enrique.
5. Seis artículos:
En 1539, Enrique VIII introdujo los Seis Artículos, un conjunto de doctrinas que reafirmaban ciertas prácticas y creencias católicas, como la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la necesidad de la confesión. Estos artículos tenían como objetivo apaciguar a la facción católica dentro de la Iglesia inglesa y evitar más disturbios.
6. Rebelión del Libro de Oración:
En 1549, durante el reinado del hijo de Enrique, Eduardo VI, se introdujo un nuevo libro de oraciones que distanció aún más a la Iglesia de Inglaterra de las prácticas católicas. Esto provocó otra rebelión, conocida como la Rebelión del Libro de Oración, encabezada por católicos conservadores que se oponían a las reformas religiosas. La rebelión finalmente fue derrotada, pero puso de relieve la resistencia constante a los cambios protestantes.
Estos conflictos y tensiones entre católicos y protestantes durante el reinado de Enrique VIII sentaron las bases para las divisiones y persecuciones religiosas que continuarían dando forma al panorama religioso de Inglaterra en los siglos venideros.