La antigua Grecia también es conocida por su terreno diverso, que incluye montañas, valles y llanuras costeras. Las montañas Pindo, que atraviesan el centro del país, crean una barrera natural entre el este y el oeste. El Peloponeso, una gran península situada al sur, también es montañosa. Las llanuras costeras de Grecia son fértiles y adecuadas para la agricultura.
El clima mediterráneo y la diversidad del terreno de la antigua Grecia proporcionaron una serie de ventajas a sus habitantes. El clima cálido permitió el cultivo de una variedad de cultivos, incluidos trigo, cebada, uvas y olivos. Las montañas y los valles ofrecían protección contra los invasores y las llanuras costeras permitían un fácil acceso al mar. Estos factores contribuyeron al surgimiento de la antigua Grecia como una civilización poderosa e influyente.