2. El ejército romano era uno de los más poderosos y disciplinados del mundo. El éxito de Roma en el campo de batalla le permitió conquistar y controlar un vasto territorio que se extendía desde Gran Bretaña hasta el norte de África y desde España hasta Oriente Medio. La estabilidad política de Roma también fue esencial para su crecimiento. La república estaba gobernada por un sistema de controles y contrapesos que impedía que una persona o grupo se volviera demasiado poderoso. Este sistema permitió a Roma evitar los conflictos internos que plagaron a muchas otras civilizaciones antiguas.