El comúnmente conocido como Obispo de Cuenca , Lope de Barrientos , vivió en el siglo XV; Pertenecía a una familia de Medina del Campo:era el segundo de los hijos de la familia, por lo que tuvo que seguir la carrera eclesiástica, que en su caso se convirtió en carrera política. En Salamanca ocupó una cátedra de Teología, posiblemente en su etapa más intelectual y tranquila; desde allí Juan II, rey de Castilla, lo llevó a la corte como tutor de su hijo, el futuro Enrique IV. Desde el primer momento se ganó la confianza del monarca, tal y como reflejan las crónicas de la época en las que se cuenta cómo salvó la vida a don Enrique durante un terremoto, y su posición en la corte fue cada vez más importante e influyente. .
En mi opinión hay dos episodios que han desvirtuado la visión de Lope de Barrientos que ha llegado hasta nuestros días:la purga e incendio de la biblioteca de Enrique de Villena y la defensa que se hace de los conversos en la revuelta de Toledo de 1449.
La depuración y quema de la biblioteca de Enrique de Villena Se trata de la primera quema de libros documentada en el reino de Castilla y tal fama fue posiblemente la inspiración posterior de Miguel de Cervantes para su capítulo 6 de Don Quijote. I, donde relata el escrutinio de los libros de Don Quijote de la mano del barbero y del cura.
A día de hoy se desconocen los motivos exactos por los que Juan II aceptó las acusaciones vertidas contra Enrique de Villena, pero lo cierto es que a su muerte expropió los bienes del marqués y, desde los crímenes se le imputaron los de nigromancia y hechicería , encomendó a Lope de Barrientos la tarea de depurar y quemar aquellos peligrosos volúmenes que pudiera haber en su biblioteca.
Según sus propias palabras, primero hizo una lectura exhaustiva de los libros y, aunque no estuvo de acuerdo con el mandato del rey, respetó la orden que le había sido encomendada. Sin embargo, parece que los únicos libros que quemó fueron los que no sabía leer, es decir, los que estaban escritos en griego y hebreo, idiomas que conocía Enrique de Villena, pero no Barrientos. Aunque no está demostrado, encajaría con las prácticas de la orden dominicana a la que pertenecía, que tenía la costumbre de leer todos los libros, incluidos los prohibidos (especialmente estos, que guardaban en sus celdas para uso personal), lo que ha toda lógica, ya que debían consultarlos para determinar lo que era lícito y lo que era ilícito. Y sobre este tema Lope de Barrientos tuvo que documentarse muy bien, ya que tras esta quema, escribió unos tratados encargados por el propio Juan II para delimitar las prácticas mágicas legales e ilegales. Es en estos tratados donde Barrientos justifica su acción y dice explícitamente que no hay libros buenos o malos, sino que todo depende del lector.
El primer reproche que está documentado es el del poeta Juan de Mena, quien le acusa de haber conservado todos los libros del marqués de Villena. Posteriormente la acusación varía, de modo que con el tiempo se habla del número de volúmenes que quemó, que ciertamente aumenta con el paso de los siglos. Me interesa especialmente la reivindicación de Juan de Mena:en primer lugar, porque es contemporáneo de los hechos; y segundo, porque es coherente con la personalidad del obispo. Sin embargo, hasta el día de hoy no se puede comprobar que así fuera, ya que los libros de la biblioteca de Lope de Barrientos fueron expoliados tras la muerte del obispo, que fue denunciado por su sucesor en la sede episcopal de Cuenca. Posteriormente fue absuelto de todas las acusaciones, pero muchos de sus bienes ya habían desaparecido, incluida la biblioteca.
Otra de las acciones más relevantes del obispo de Cuenca fue su participación durante la revuelta anticonversa de Toledo en 1449. A partir del siglo XIV se habían ido produciendo diferentes enfrentamientos contra los conversos, ya que la obligación de convertirse al cristianismo para preservar la vida y los bienes despertaba lógicas sospechas de que muchas de estas conversiones no eran auténticas. Esta desconfianza se convertirá en el caldo de cultivo que caracterizará a la sociedad castellana durante la Edad Media, pero sobre todo en los siglos XVI y XVII, ya que precisamente esta concepción de limpieza religiosa calará tan hondo que las consecuencias serán las expulsiones y el establecimiento. de un tribunal permanente de la Santa Inquisición en Castilla para juzgar conversiones falsas.
Me interesa especialmente el conflicto de Toledo en 1449 precisamente por la literatura de controversia religiosa que se va a generar. Los acontecimientos estallan cuando Don Álvaro de Luna aprueba un impuesto cuyo recaudador es Alonso de Cota:pertenece al círculo de judíos conversos de Toledo y los ciudadanos se niegan a pagarlo, porque ven en este grupo a los máximos beneficiarios. Los ciudadanos asaltan la casa del recaudador y el alcaide mayor, Pedro Sarmiento, promulga su Sentencia-Estatuto , 5 de junio. En esta frase Se pide la expulsión de los nuevos cristianos, de los conversos, alegando toda una serie de acusaciones que harán de este texto el primero en hablar de pureza de sangre. El hecho en sí es consecuencia de las tensiones que se han vivido en las últimas décadas, por lo que la redacción de este documento es la culminación de este ambiente antisemita.
Lope de Barrientos participa activamente para poner fin a esta tensa situación. Él responde con dos cartas y su intervención personal:cuando la rebelión de Sarmiento es sofocada, es el propio Barrientos quien comunica la orden real de abandonar la ciudad. Fernán Díaz de Toledo envía a Barrientos una obra, Instrucción , donde proporciona a Barrientos los argumentos necesarios para defender a los conversos frente a la posición de los rebeldes . Con esta reelaboración del trabajo del relator, Barrientos se posiciona y también desacredita los rumores que los rebeldes difunden sobre él. Uno de esos rumores era que él mismo era un converso:causó tal impresión con esta acusación que en la Marca de la nobleza de España , publicado dos siglos después, su nombre todavía aparecía en la lista de hombres famosos que se habían convertido. Los historiadores actuales niegan este origen de Barrientos, pero considero que es una razón más por la que los siglos han olvidado la importancia histórica de este personaje.
Una vez calmadas las aguas, Lope de Barrientos escribió un pequeño tratado en latín, Opusculum super intellectu , de la que también se conserva la traducción castellana del mismo siglo XV, en la que reflexiona sobre la cuestión de los conversos. Estas obras están en la misma línea ideológica que otros escritos de la época como el Tratado contra los madianitas e ismaelitas por Juan de Torquemada o el Defensorium Unitatis Christianae de Alonso de Cartagena. En estas obras se defiende la igualdad de derechos de cristianos y conversos, ya que estos últimos también son cristianos.
A nivel político debo subrayar la intervención en el conflicto del Vaticano :a partir de aquí se promulgan una serie de bulas (solicitadas a la corte castellana) que en primera instancia condenan el suceso y a los implicados; pero estos últimos los perdonan. Este cambio de postura debe responder a una cuestión política, ya que parece que el propio Álvaro de Luna solicita estas últimas bulas:en el códice del Archivo Vaticano donde se recoge el asentamiento de estos documentos hay una anotación que las precede en la que se da relato de una donación realizada por Luna en nombre del rey castellano.
El hecho de que Álvaro de Luna esté involucrado en el inicio y el final del conflicto me lleva a concluir que la controversia contraria fue utilizada con fines políticos, más que ideológicos. La conclusión del acto no debió sentarle bien a Lope de Barrientos, ya que se posiciona ideológicamente a favor de los conversos. No queda constancia de su reacción, salvo que abandonó por un tiempo la corte para dirigirse a la diócesis de Cuenca, su refugio cada vez que lo necesitaba.
Enumerar sus logros y sus actuaciones ocuparía varias decenas de páginas y aún así no lograría mi propósito. En estas líneas sólo he dado un par de pinceladas que esbozan el retrato de un hombre que logró ser poderoso e influyente durante su dilatada vida, pero cuyo recuerdo quedó borrado para la posteridad. De ahí que su historia sea de infamia y olvido, una historia dañada por la manipulación, la envidia y el rencor.