Historia antigua

Jazz:La música como herramienta educativa.

En noviembre de 2011, durante la Conferencia General de la UNESCO, la comunidad de naciones declaró el 30 de abril como Día Internacional del Jazz, esa maravillosa música que surgió a principios del siglo XX entre los afro -Poblaciones descendientes del sur de Estados Unidos. Este evento tiene como objetivo concienciar al público en general sobre las virtudes de la música jazz como herramienta educativa y como motor para la paz, la unidad, el diálogo y el fortalecimiento de la cooperación entre los pueblos. Hay algo en el jazz, una cadencia, una sensación de libertad e integración que atraviesa todas las culturas. Es por eso que hoy, después de más de 100 años de evolución, comprobamos que el jazz sigue vigente, tanto en sus formas musicales originales como a través de fusiones con músicas locales de todo el mundo.

Como elemento de la cultura general, el jazz se ha caracterizado por no sólo aportar grandes creadores al universo de la música popular occidental, sino que también ha tendido puentes y vasos comunicantes con prácticamente todos rincones del planeta, trascendiendo conflictos políticos, guerras, diferencias de credo y género, entre muchos otros obstáculos “que separan hermano de hermano”, parafraseando a nuestro gran folclorista afroperuano Nicomedes Santa Cruz.

Una de las cosas más sorprendentes del jazz como género musical es que combina la libertad expresiva de los instrumentistas con una habilidad interpretativa muy exigente. Siempre se habla del jazz como una forma artística amplia y maleable, en la que se pueden incorporar permanentemente elementos de otras latitudes.

Pero esta flexibilidad no va de la mano del descuido o la falta de rigor. El instrumentista de jazz es tan meticuloso y preparado académicamente como el instrumentista de música clásica. Y es esa preparación, esa educación, la que le permite experimentar y darle forma coherente a una composición que puede incluir desde la base elemental del jazz que se tocaba en los años 20, 30 o 40, con sonidos de música criolla, andina, negra. , asiática, africana, electrónica, etc. De ahí su capacidad integradora y educativa. Porque los sonidos van de la mano de un conocimiento profundo de la historia de los pueblos, de su idiosincrasia, de sus propias ideas sobre lo que es el folclore.

En el jazz hay una clara diferencia entre “improvisación” e “improvisación”, línea que muchos oportunistas intentan hacer desaparecer, bajo la premisa de que si hacen jazz, pueden hacer cualquier cosa. La improvisación en el jazz nace de la posibilidad de soltar una idea creativa, con una base sólida en la que convergen la historia de la música, el dominio del instrumento, las civilizaciones que se convocan a través de cada fraseo, la educación musical. Lo improvisado nace de un afán puramente comercial y efectista, capaz de mezclar cosas sin capacidad alguna de síntesis, sólo con la intención de hacer algo “moderno”, que se dé a conocer y se venda mucho en poco tiempo. Lamentablemente, esta segunda categoría es la que el gran público en ocasiones premia con sus preferencias, debido a la inmensa falta de información que existe sobre el fascinante mundo del jazz.

Este año, la ciudad de Estambul (capital de Turquía) es la sede oficial de la edición 2013 del Día Internacional del Jazz. Turquía se caracteriza por una tradición en el desarrollo histórico del jazz. Munir Ertegun, el primer embajador turco en Washington en los años 30, abrió las puertas de la sede diplomática a los músicos de jazz afroamericanos más importantes de la época para que pudieran tocar libremente en sus salas, ya que la sociedad de la época estaba marcada por la segregación racial. Inspirados por este legado, los hijos del embajador, Ahmet y Nesuhi, continuaron el camino iniciado por su padre y crearon el primer sello discográfico de jazz y gospel de Estados Unidos (Atlantic Records, 1947), compañía que jugó un papel fundamental en la difusión. del jazz en el mundo.


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