Alrededor del año 511 a.C. Calias (llamado Calias II para distinguirlo de su abuelo y su nieto, ambos del mismo nombre) nació en Atenas en el seno de una rica familia eupátrida (la nobleza de la región del Ática y la clase social más alta, por encima de demiurgos y geomoros) enriquecida con la Gestión de esclavos en las minas de Laurión. Tanto es así que Callias era considerado el hombre más rico de la ciudad.
Cuando tenía 21 años acudió junto al contingente ateniense a luchar en la batalla de Maratón (490 a. C.), donde se vistió de sacerdote. No fue una extravagancia suya, porque en ese momento era daduchos de los Misterios de Eleusis, y es posible que se añadieran vestimentas religiosas a su equipo militar.
Duques (literalmente, el portador de la antorcha) fue el título dado al segundo sacerdote de los Misterios de Eleusis, sólo superado por el Hierofante , y era un oficio hereditario que pasaba de padres a hijos. Su trabajo consistía en encarnar el Sol, purificar a los adeptos antes de la iniciación y liderar la carrera con antorchas, que imitaba la búsqueda de Perséfone de su madre Deméter.
Pero vestirse de esa manera le vino muy bien para aumentar su fortuna, pues al ver todo perdido, un soldado persa pensó que por su apariencia debía ser una especie de rey y, para comprar su vida, le señaló dónde había escondido un lote de oro y plata que llevaban consigo los persas. Calias se dejó sobornar, pero una vez que encontró el oro acabó con la vida del infeliz persa.
Parece que era un hecho conocido en Atenas y por eso los escritores de comedia solían ridiculizar a su familia llamándolos algo así como ricos en pozos. .
Sin embargo, su estatus entre los ciudadanos de la polis queda bien reflejado en su matrimonio. Se casó con Elpinice, hija de nada menos que Milcíades, el estratega victorioso de Maratón. Parece que a cambio del matrimonio se ofreció a pagar la multa de 50 talentos que el pueblo había impuesto a Milcíades por no haber tomado la isla de Paros en el 489 a.C. El estrategos moriría en prisión, y la multa la pagaría posteriormente su hijo Cimón, con el dinero de Calias.
A pesar de que por este matrimonio era cuñado de Cimón, principal opositor político de Pericles, Calias no dudó en apoyarlo y financiarlo. Pericles lo utilizó como embajador en numerosas ocasiones.
Tras la victoria ateniense en Salamina en Chipre, fue enviado a Susa para negociar el fin de las hostilidades con el rey persa Artajerjes I, donde concluyó el tratado que puso fin a las guerras persas. Mediante ese acuerdo, Artajerjes se comprometió a no enviar tropas al mar a una distancia de más de tres días de su propia costa, y se reconoció la independencia de facto de las ciudades de Jonia.
Sin embargo, a su regreso a Atenas, los ciudadanos consideraron que lo que había obtenido era insuficiente, lo acusaron de haber sido corrompido y comprado por el rey persa y le impusieron una multa de 50 talentos, una suma muy considerable que equivalía a unos 300.000 dracmas ( el salario medio de un artesano, por ejemplo, era de 350 dracmas al año).
Calias murió en la batalla de Potidea, donde estaba al mando como estratega de las fuerzas atenienses, en el 432 a.C., precisamente aquella con la que Tucídides comienza su relato de la Guerra del Peloponeso y en la que el filósofo Sócrates salvó la vida de su alumno. Alcibíades.