MARGUERITA DE FRANCIA o VALOIS (conocida como Reina Margot)
(Saint-Germain-en-Laye, 1553 - París, 1615.) Tercera hija de Enrique II y Catalina de Medici. Ya había emprendido el camino de la galantería más desenfrenada cuando su madre y su hermano Carlos IX la casaron, a pesar de la diferencia de religión, con Enrique de Navarra, el 18 de agosto de 1572.
Esta alianza, oficialmente destinada a acercar a católicos y protestantes, produce rápidamente el efecto contrario, a juzgar por el hecho de que Saint-Barthélemy tiene lugar menos de una semana después. Los cónyuges forzados experimentan poco afecto recíproco. Margarita, abandonada en la corte tras la fuga del rey de Navarra, sirve tanto a los intereses de éste como a los de su hermano menor, Alençon. En 1578, hizo una primera estancia en Nérac. Pronto regresa a la Corte, donde se vuelve insoportable por sus malas conductas y sobre todo por sus intrigas, hasta el punto de que Enrique III tiene que expulsarla en 1583. Luego comienza una nueva estancia en Nérac. Allí, sus travesuras comienzan de nuevo, lo que le valió el desprecio general.
En 1587, tomando como pretexto la excomunión del rey de Navarra, lo abandonó, se encontró confabulada y se dirigió a Agen, que le había sido entregada como dote. Los Agenais no tardaron en tomarle antipatía y la llegada del mariscal de Matignon la obligó a refugiarse apresuradamente en Carlat, en Alta Auvernia. Luego, abandonando este lugar donde no cree estar segura, es capturada por Canilhac que tiene órdenes de llevarla al castillo de Usson. Su carcelero se deja seducir fácilmente. Después de deshacerse de él, Margot lleva en Usson, durante diecisiete años, una vida más retraída que durante su juventud, pero que sigue siendo muy libre, por no decir libertina. En 1599, a cambio de una atractiva compensación, aceptó la anulación de su matrimonio con el hombre que se convertiría en rey de Francia. Tras obtener permiso para regresar a la capital en 1605, continuó hablando de sus aventuras hasta su muerte.
La reina Margot, que se enorgullecía de sus letras como casi todos los Valois de su tiempo, dejó Poemas y Memorias publicadas en 1628.