Historia antigua

¡Milicianos sí, soldados no!

El 17 de julio, el general Francisco Franco Bahamonde, capitán general de Canarias, se embarcó en Tenerife con destino a Tetuán, tras declararse contrario al gobierno republicano. El 18 de julio se lanzó el "Movimiento Nacional", impulsado por el general Franco, quien ese mismo día lanzó un manifiesto. El día 19, un transporte de tropas cruzó el Estrecho de Gibraltar y aterrizó en Algeciras. La guerra civil ha comenzado.

Hasta entonces, las ideas eran bastante vagas y los hombres indecisos. Tan pronto como se abrieron las hostilidades, las ideas se aclararon y aparecieron hombres nuevos junto a los viejos. En cada campo se evalúan sus fuerzas morales y se cuentan sus fuerzas materiales. Los problemas políticos y militares estaban estrechamente entrelazados y al principio hubo una gran confusión, tanto en el bando republicano como entre los que aún no se llamaban franquistas.

Del lado del gobierno, las fuerzas morales están encarnadas por los partidos políticos de izquierda y los autonomistas:la Izquierda Republicana, la Unión Republicana, la Izquierda Catalana y los Nacionalistas Vascos. Estarán flanqueados, en la extrema izquierda, por los partidos obreros:socialista, comunista, socialista unificado de Cataluña, comunista trotskista:el POUM. – y anarquista – la Federación anarquista ibérica – y los dos grandes sindicatos:la U.G.T. — Unión general del trabajo — y la C.N.T.
—Confederación nacional del trabajo
el primero, socialista y el segundo, anarquista. Semejante espectro político da lugar a diferencias en los objetivos que deben alcanzarse. La extrema izquierda no separa la guerra de la revolución. Aboga por un ejército de trabajadores, apoyado por el proletariado internacional. Los partidos republicanos, los autonomistas catalanes y vascos, la derecha del partido socialista y el partido comunista afirman que hay que ganar la guerra. Después de la victoria, haremos la revolución.

Dos tendencias opuestas que estarán en el origen del carácter dispar del ejército gubernamental. Sus fuerzas materiales, de hecho, si incluyen toda la marina y casi toda la fuerza aérea, carecen de cuadros. Es cierto que tienen líderes valientes y entusiastas:los generales Hernández Sarahia, Asensio, Miaja, Riquelme y los coroneles Mangada, Escobar y Villaba. Pero los oficiales subalternos son escasos y las tropas inexpertas, lo cual es normal, porque fue necesario movilizar a toda prisa, en las regiones industriales, a trabajadores que nunca habían empuñado un arma. El factor político es predominante. En su mayor parte, estos soldados improvisados ​​son sobre todo militantes y, a menudo, antimilitaristas. Hacerles obedecer no es fácil. Si aceptan la disciplina del partido, no aceptan la del ejército. “Milicias, sí, soldados, ¡no! »


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