Historia antigua

Guerrero de la Edad de Oro

Por primera vez en España –y, tres meses después, por primera vez en Francia con el Frente Popular– la izquierda se habrá unido. El Frente Popular, de hecho, incluye a la Izquierda Republicana (Azaria), la Unión Republicana (Diego Martínez Barrie), la Esquerra Catalana (Luis Companys Jover), los socialistas (Largo Caballero y Prieto), los comunistas (Díaz), el POUM. , partido obrero de unificación marxista (bloque obrero y campesino e izquierda comunista) y algunos grupos catalanes aislados. El Frente también se benefició del apoyo electoral de los anarquistas y de la Confederación General del Trabajo.
La izquierda está exultante. Pero la derecha no se desanima. Todo lo contrario. Fortalecido por su ideología -antimarxismo, tradicionalismo, unidad ibérica- encarnada por grupos dinámicos como las Juntas Ofensivas Nacional-Sindicalistas (J.O.N.S.) cuyo emblema está representado por el yugo y las flechas de los Reyes Católicos, busca líderes. /P>

¿Quién liderará la lucha contra el Frente Popular? ¿Gil Robles? Demasiado izquierdo para los monárquicos. Demasiado correcto para los republicanos. ¿José Calyo Sotelo? Es el portavoz de la oposición, no la encarna del todo.
Pero ahora ha surgido un nuevo hombre:José Antonio, hijo de Miguel Primo de Rivera. Fundó la Falange, un movimiento que reivindica la unidad histórica de España y apela al culto a los héroes. Nostálgica de la España católica y guerrera del Siglo de Oro, la Falange está servida por la brillante personalidad de su fundador. Más que un partido político, la Falange, cuyas consignas se inspiran en las del fascismo italiano, es un grupo todavía relativamente pequeño en número, pero que ofrece, de forma lírica y violenta, mucho menos un programa positivo que un orgulloso místico. , capaz de encadenar a la nobleza, el clero y la burguesía.

La primavera y el verano de 1936 estuvieron marcados por incidentes dramáticos. La distensión hacia sus extremos de izquierda y derecha da como resultado desórdenes a menudo graves. Mientras que los generales. Los sospechosos –Goded y Franco– fueron enviados a Baleares y Canarias respectivamente, que José Antonio multiplicó las reuniones, que el gobierno osciló entre la conciliación y la vía fuerte, que el terrorismo salió a las calles. Sólo hay peleas sangrientas, incendios de iglesias y bombardeos. La situación es explosiva. Estallará pocos días después del asesinato del representante de la oposición, Calvo Sotelo. Esta vez, la suerte está echada.


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