Desesperado tras la muerte de su amigo Enkidu, Gilgamesh, rey de Uruk, emprende un viaje en busca de Utanapishtim, superviviente del diluvio universal, que ha recibido el regalo de la inmortalidad de los dioses. Después de superar todo tipo de peligros, Gilgamesh llega a la morada de Utanapishtim, en los confines de la tierra. Cuando él le pide que le revele el secreto de la inmortalidad, Utanapishtim inicialmente se niega, pero su esposa lo convence de ayudar al héroe. Luego le dice a Gilgamesh que el talismán de la inmortalidad es una planta que crece en el fondo de las aguas, pero que tiene espinas que laceran a cualquiera que intente arrancarla.
Lejos de admitir la derrota, Gilgamesh se pesa con piedras, se sumerge y regresa con la planta mágica. “Gracias a ella, el hombre renueva su aliento de vida. Lo traeré de regreso al recinto de Uruk. Me la comeré, compartiré esta planta. ¡Su nombre será “el viejo vuelve a ser joven”! En cuanto a mí, lo comeré y volveré a los días de mi juventud. Pero Gilgamesh se queda dormido bajo un árbol. Entonces una serpiente se acerca y devora la maravillosa planta. Habiendo perdido su oportunidad de volverse inmortal, el rey debe regresar a su país y resignarse a su inevitable final.