Historia antigua

La higiene pasa por la ducha.

La higiene pasa por la ducha.

El sistema de caída de agua desde un tanque perforado se inventó a finales del siglo XVIII • WIKIMEDIA COMMONS

En el 18 th En la Europa del siglo XIX, las clases ricas están cada vez más preocupadas por la higiene, tanto de las ciudades como de las personas. El baño se convierte en una práctica habitual, por motivos de limpieza, por el placer de refrescarse o por motivos médicos. En aquella época, los avances de la medicina y el mejor conocimiento de la bacteriología impulsaron el desarrollo de la hidroterapia, curación mediante agua que se aplica al paciente a diferentes temperaturas y presiones, y cuyas virtudes terapéuticas difieren según las características mineralógicas.

El agua cae en forma de lluvia fina

Durante mucho tiempo la gente se bañaba en casa en grandes bañeras. Sin embargo, esto tenía el inconveniente de utilizar una gran cantidad de agua, que debía transportarse en cubos. Este es el problema que el inglés William Feetham, fabricante de hornos y estufas e inventor profesional, que diseñó en particular un deshollinador mecánico para prescindir de los niños, quiso resolver patentando en 1767 el primer modelo de ducha mecánica.

Esta primera ducha consta de una estructura cónica portátil, dividida en dos espacios:el espacio inferior, ocupado por un lavabo en el que se coloca la persona, y el espacio superior, provisto de un pequeño depósito por el que fluye el agua. agua sobre la persona a través de una pieza perforada con pequeños agujeros. Unas cañas de bambú sirven como poste para ensamblar las dos partes del invento y también se pueden utilizar para instalar una cortina para brindar privacidad y evitar que el agua inunde la habitación.

El dispositivo tiene dos ventajas principales. La primera es que al tirar de una cadena, el agua cae como lluvia en un chorro continuo, un proceso mucho más placentero que echar un balde de agua sobre la cabeza de la persona. La segunda es que una bomba manual recoge el agua en la base y la transfiere a la cisterna superior, lo que permite lavar con menos agua, aunque se ensucie con cada ciclo. Posteriormente se agregarán tuberías de drenaje, válvulas y serpentines para permitir calentar el agua y darle más presión, así como sistemas de conexión al agua corriente para evitar tener que reutilizar la misma agua. . El propio Piesham continuó perfeccionando su invento hasta la presentación de su nuevo modelo en 1822.

Un sistema copiado rápidamente

Sin embargo, en 1802, un tal Diego Pacheco y Cobos presentó en Madrid un invento similar al de Feetham. Propone al municipio la construcción de baños públicos, en los que, entre otros inventos, aparece junto a las tradicionales tuberías de agua fría y agua caliente, una "tercera tubería que se llamará 'lluvia fina', [que] sólo servirá para vaporizar o refresca la cabeza del que se lava”.

Pacheco constató que las personas que se bañan no suelen meter la cabeza en la bañera, "para no recibir la suciedad que deja el cuerpo". Precisa además que "el agua de este tercer tubo [...] saldrá a través de un conjunto de pequeños agujeros, casi invisibles, en forma de lluvia", muy similar a la teleducha moderna. En una nota a pie de página, Pacheco presume de la novedad de su invento, "un auténtico descubrimiento y una cosa única de este establecimiento para mayor comodidad del público". Es muy probable que este inteligente empresario conociera el invento de Piesham y tratara de hacerlo suyo.

Cronología
1767

William Feetham patenta la ducha mecánica transportable en Londres.
1802
Propuesta de casa de baños en Madrid, provista de “canal de lluvia”.
1822
Feetham continúa patentando diseños de duchas nuevos y más modernos.
1872
El médico de la prisión de Rouen sugiere instalar duchas colectivas.
1920-1930
En Francia, la instalación de duchas municipales se está generalizando en las ciudades.


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