La Crisis de 1929 , también conocida como “La Gran Depresión”, fue la mayor crisis del capitalismo financiero.
El colapso económico comenzó a mediados de 1929 en Estados Unidos y se extendió por todo el mundo capitalista.
Sus efectos duraron una década, con ramificaciones sociales y políticas.
Causas de la Crisis del 29
Las principales causas de la Crisis de 1929 están ligadas a la falta de regulación de la economía y la oferta de créditos baratos.
Asimismo, la producción industrial siguió un ritmo acelerado, pero la capacidad de consumo de la población no absorbió este crecimiento, generando grandes inventarios de productos a la espera de mejores precios.
Europa, que se había recuperado de la destrucción de la Primera Guerra Mundial, ya no necesitaba créditos ni productos estadounidenses.
Con tipos de interés bajos, los inversores empezaron a poner su dinero en la Bolsa de Valores y no en los sectores productivos.
Al darse cuenta de la disminución del consumo, el sector productivo comenzó a invertir y producir menos, compensando sus déficits con el despido de empleados.
Una película que se desarrolla en esta época es Tiempos modernos de Charlie Chaplin.
Caída de la Bolsa de Nueva York
Con tanta especulación, las acciones comienzan a devaluarse, lo que genera el "crash" o "crack" de la Bolsa de Nueva York, el 24 de octubre de 1929. Este día sería conocido como "Jueves Negro".
El resultado obvio fue el desempleo (generalizado) o salarios más bajos. El círculo vicioso se completó cuando, debido a la falta de ingresos, el consumo cayó aún más, lo que obligó a bajar los precios.
Muchos bancos que prestaron dinero quebraron porque no fueron devueltos, reduciendo así la oferta de crédito. Como resultado, muchos empresarios cerraron sus puertas, agravando aún más el desempleo.
Los países más afectados por la caída de la Bolsa de Nueva York fueron las economías capitalistas más desarrolladas, incluidos Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido. En algunos de estos países, los efectos de la crisis económica impulsaron el surgimiento de regímenes totalitarios.
En la Unión Soviética, donde la economía predominante era socialista, poco se vio afectado.
Ver también:Capitalismo financieroCrisis de 1929 en América Latina
La caída de la Bolsa de Nueva York tuvo repercusiones en todo el mundo.
En los países en proceso de industrialización, como los de América Latina, la economía agroexportadora fue la más afectada por la reducción de las exportaciones de materias primas.
A lo largo de la década de 1930, sin embargo, estas naciones pudieron ver un aumento en sus industrias, debido a la diversificación de las inversiones en este sector.
Crisis de 1929 en Brasil
La crisis económica en Estados Unidos golpeó duramente a Brasil.
En aquella época el país exportaba prácticamente un solo producto, el café, y las buenas cosechas ya habían hecho bajar el precio del producto.
Además, al no ser un producto de primera necesidad, varios importadores redujeron significativamente sus compras.
Para hacernos una idea de la magnitud del problema económico, un saco de café se cotizaba a 200.000 réis en enero de 1929. Un año después, su precio era de 21.000 réis.
La crisis de 1929 en Brasil debilitó a las oligarquías rurales que dominaban la escena política y allanó el camino para la llegada de Getúlio Vargas al poder en 1930.
Ver también:Revolución de 1930Contexto histórico de la crisis de 1929
Después de la Primera Guerra Mundial, el mundo vivió un momento de euforia, conocido como los "locos años veinte" (también llamado la Era del Jazz ). ).
En Estados Unidos, principalmente, el optimismo es palpable y se consolida el llamado American Way of Life, donde el consumo es el principal factor de felicidad.
Después de la Primera Guerra Mundial, en 1918, los parques industriales y la agricultura en Europa fueron destruidos, lo que permitió a Estados Unidos exportar a gran escala al mercado europeo.
Estados Unidos también se ha convertido en el principal acreedor de los países europeos. Esta relación generó una interdependencia comercial, que cambió a medida que la economía europea se recuperó y empezó a importar menos.
Sumado a esto, el Banco Central americano autoriza a los bancos a prestar dinero a tasas de interés bajas. El objetivo era incentivar aún más el consumo, pero este dinero acabó en Bolsa.
De esta manera, a mediados de la década de 1920 también aumentaron las inversiones en acciones en bolsa, ya que estas acciones fueron valoradas artificialmente para que parecieran ventajosas. Sin embargo, como era de especulación, las acciones no tenían cobertura financiera.
Para colmo, el gobierno estadounidense inicia una política monetaria para reducir la inflación (aumento de precios), cuando debería luchar contra una crisis económica provocada por la deflación económica (caída de precios).
En primer lugar, la economía estadounidense, principal acreedor internacional, empieza a exigir la repatriación de sus activos, prestados a las economías europeas durante la guerra y la reconstrucción.
Este factor, sumado a la retracción de las importaciones estadounidenses (principalmente de productos europeos), dificulta el pago de las deudas, llevando la crisis a otros continentes.
Esta crisis ya era perceptible en 1928 cuando se produjo una caída repentina y generalizada de los precios de los productos agrícolas en el mercado internacional.
Ver también:CapitalismoCaída de la Bolsa de Nueva York
El 24 de octubre de 1929, un jueves, había más existencias que compradores y el precio se desplomó. Como resultado, millones de inversores estadounidenses que pusieron su dinero en la Bolsa de Nueva York quebraron cuando estalló la “burbuja crediticia”.
Esto tuvo un efecto dominó, provocando la caída de las bolsas de valores de Tokio, Londres y Berlín. El daño fue millonario y sin precedentes en la historia.
Entonces, estalla la crisis financiera, ya que la gente, presa del pánico, retiró todos sus valores depositados en los bancos, lo que provocó su colapso inmediato. Así, de 1929 a 1933, la crisis no hizo más que empeorar.
Sin embargo, en 1932, el demócrata Franklin Delano Roosevelt fue elegido presidente de los Estados Unidos. Inmediatamente, Roosevelt inicia un plan económico llamado (intencionadamente) “New Deal”, es decir, el “New Deal”, caracterizado por la intervención del Estado en la economía.
Como legado, la Crisis de 1929 nos dejó la lección de la necesidad del intervencionismo y la planificación estatal de la economía. Asimismo, la obligación del Estado de brindar asistencia social y económica a los más afectados por el decrecimiento del capitalismo.
Ver también:Nuevo TratoConsecuencias de la crisis de 1929:New Deal
El Nuevo Trato El plan económico fue el principal responsable de la recuperación económica de Estados Unidos, siendo adoptado como modelo por otras economías en crisis.
En la práctica, este programa gubernamental preveía la intervención estatal en la economía, controlando la producción industrial y agrícola.
Paralelamente, se ejecutaron proyectos de obras públicas federales con enfoque en la construcción de carreteras, ferrocarriles, plazas, escuelas, aeropuertos, puertos, plantas hidroeléctricas y viviendas asequibles. Así, se crearon millones de empleos, impulsando la economía a través del consumo.
Aun así, en 1940 la tasa de desempleo estadounidense era del 15%. Esta situación finalmente se resolvió con la Segunda Guerra Mundial, cuando la economía capitalista mundial se recupera.
Al final de la guerra, sólo el 1% de los estadounidenses productivos estaban desempleados y la economía estaba en pleno apogeo.
Ver también:Regímenes totalitarios en Europa