El cielo es un lugar de perfecta felicidad y gozo donde las personas se reunirán con Dios y sus seres queridos. El purgatorio es un estado temporal de purificación para aquellos que no han expiado completamente sus pecados pero están destinados al cielo. El infierno es un lugar de castigo eterno para aquellos que han rechazado a Dios y su amor.
La creencia católica en la resurrección y la vida después de la muerte es una fuente de gran esperanza y consuelo para muchas personas. Proporciona la seguridad de que, aunque la muerte es una realidad, no es el fin de nuestra existencia. Más bien, es un pasaje hacia una vida nueva y mejor.