El factor más importante fue la propagación de enfermedades infecciosas euroasiáticas, como la viruela y el sarampión, contra las que los aztecas no tenían inmunidad. Estas enfermedades causaron muertes generalizadas y debilitaron el imperio azteca, haciéndolo más vulnerable a los ataques.
Guerra
Los conquistadores españoles, liderados por Hernán Cortés, llegaron a México en 1519 y rápidamente formaron alianzas con los enemigos de los aztecas. En una batalla decisiva en 1521, los españoles y sus aliados derrotaron al ejército azteca y capturaron la capital azteca, Tenochtitlán.
Inestabilidad política
El imperio azteca también enfrentaba problemas internos, incluida una guerra civil y una crisis de sucesión. Esto debilitó el imperio y hizo más difícil para los aztecas resistir la invasión española.
Religión
La religión azteca, que implicaba sacrificios humanos, también fue un factor en la caída del imperio. Los españoles quedaron horrorizados por estas prácticas y las utilizaron como justificación para su conquista.