En Inglaterra, los chelines se introdujeron por primera vez a finales del siglo XII y se acuñaron en plata. Inicialmente valían una vigésima parte de una libra esterlina y se usaban comúnmente para transacciones y intercambios cotidianos. A lo largo de los siglos, el valor del chelín fluctuó y finalmente se vinculó a un sistema monetario decimal en 1971, cuando pasó a ser equivalente a cinco nuevos peniques.
En Escocia, los chelines también se introdujeron durante la Edad Media y se los conocía como "chelines escoceses" o "merks". Tenían un valor similar al de los chelines ingleses y se utilizaban ampliamente en el comercio escocés. La libra escocesa estuvo vinculada a la libra esterlina en el siglo XVIII y el chelín siguió utilizándose hasta 1971, cuando fue sustituido por la moneda decimal.
Irlanda también adoptó los chelines como parte de su sistema monetario durante la Edad Media. La libra irlandesa estuvo vinculada a la libra esterlina en el siglo XIX, y el chelín permaneció en circulación hasta 1979 cuando fue reemplazado por la moneda decimal.
En varias partes del Imperio Británico, los chelines también se utilizaron como unidad monetaria. Por ejemplo, el chelín de África Oriental se introdujo en 1920 y permaneció en circulación hasta la década de 1960, cuando fue reemplazado por monedas nacionales en países individuales.
En general, el uso de chelines se extendió durante varios siglos y desempeñó un papel importante en las transacciones económicas y financieras de varios países y regiones.