Preservar y transmitir las tradiciones orales:
Los druidas eran responsables de memorizar y transmitir las tradiciones orales de su cultura, incluidas creencias religiosas, poemas y relatos históricos. Estar a cargo de la educación también aseguraba la preservación de sus conocimientos ancestrales.
Asesoramiento a los Caciques y Comunidades:
Los jefes y las comunidades a menudo consultaban a los druidas sobre asuntos importantes, ofreciéndoles consejos sobre decisiones políticas y militares. Su sabiduría y conocimiento les valieron un gran respeto y autoridad dentro de la sociedad gala.
Autoridad Religiosa:
Los druidas eran las principales figuras religiosas y supervisaban ceremonias, sacrificios y rituales. Dirigieron diversas prácticas sagradas, incluidas la adivinación y la curación, que reforzaron sus roles espirituales.
Toma de decisiones legales:
En muchos casos, los druidas actuaban como jueces y resolvían disputas entre miembros de la comunidad. Resolvieron asuntos civiles y desempeñaron un papel clave en el mantenimiento de la armonía y la justicia social.
Astrónomos y científicos:
Los druidas eran conocidos por su dominio de la astronomía, las matemáticas y la filosofía. Tenían un profundo conocimiento del mundo natural y podían predecir eventos astronómicos. Sus conocimientos se aplicaron para crear el calendario galo y determinar las mejores épocas para plantar, cosechar y otras actividades estacionales.
Iniciación y Educación:
Los druidas tenían escuelas especiales donde enseñaban a jóvenes de familias ricas sobre religión, filosofía, astronomía y otras disciplinas. Los individuos iniciados a menudo se convertían ellos mismos en druidas o asumían posiciones de liderazgo dentro de la comunidad.
Símbolo cultural:
Como representantes de la cultura gala, los druidas eran símbolos de la identidad gala y de la resistencia contra la influencia romana. Se convirtieron en un punto focal de preservación y orgullo cultural.
Su papel en la sociedad disminuyó gradualmente después de la conquista romana, ya que muchas de sus prácticas fueron suprimidas o reemplazadas por costumbres y creencias romanas. Sin embargo, los druidas dejaron un legado duradero en la rica herencia celta que aún se celebra en los tiempos modernos.