Mayor alcance y precisión: Las lanzas ampliaron el alcance de los cazadores, permitiéndoles atacar a sus presas desde la distancia. También proporcionaron una mayor precisión en comparación con arrojar piedras o usar palos. Esto permitía a los cazadores apuntar a partes específicas del cuerpo, aumentando la probabilidad de una muerte rápida.
Defensa contra depredadores: Las lanzas no sólo ayudaban en la caza sino que también servían como medio de defensa contra los depredadores. El mayor alcance de las lanzas permitió a las personas defenderse de los animales carnívoros desde una distancia más segura, reduciendo el riesgo de lesiones.
Avances tecnológicos: El desarrollo de lanzas marcó un importante avance tecnológico durante el Paleolítico. Allanó el camino para nuevas mejoras en las herramientas y armas de caza, lo que condujo a una mayor eficiencia de la caza y al progreso tecnológico.
Optimización de recursos: Las lanzas permitían a los cazadores aprovechar al máximo los recursos que obtenían. Al derribar presas más grandes, podrían utilizar varias partes del animal, incluida la carne, el pelaje y los huesos, reduciendo el desperdicio.
En general, la invención de las lanzas en el Paleolítico trajo importantes ventajas a la vida de las personas, revolucionando las prácticas de caza, mejorando las capacidades de defensa y fomentando avances tecnológicos que impulsaron a la sociedad humana hacia adelante.