1. Supervivencia: Vivir en grupos proporcionaba una ventaja protectora contra los depredadores y otros peligros. Un grupo podría defenderse más eficazmente que un solo individuo.
2. Cooperación: La vida en grupo permitía la cooperación en la caza, la recolección y otras actividades. Esto aumentó la eficiencia y la productividad, lo que permitió al grupo adquirir más recursos y sobrevivir mejor.
3. Compartir recursos: La convivencia permitió compartir recursos como alimentos, refugio y herramientas. Esto ayudó a garantizar que todos los miembros del grupo tuvieran acceso a las necesidades de la vida.
4. Socialización: La vida en grupo fomentó los vínculos e interacciones sociales. Esto ayudó a desarrollar un sentido de comunidad, pertenencia e identidad cultural.
5. Transmisión de conocimientos: Vivir en grupos facilitó la transmisión de conocimientos, habilidades y tradiciones culturales de una generación a la siguiente. Esto ayudó a asegurar la continuidad y preservación del patrimonio cultural del grupo.
6. Especialización y División del Trabajo: A medida que los grupos crecían y se hacían más complejos, podían desarrollar especialización y división del trabajo, con diferentes individuos centrándose en tareas específicas. Esto aumentó la eficiencia y la productividad generales.
7. Comunicación: La convivencia permitió una comunicación y coordinación efectiva entre los miembros del grupo. Esto fue esencial para organizar actividades, resolver conflictos y tomar decisiones.