La Revolución Agrícola, que comenzó alrededor del año 10.000 a. C., marcó el final de la Edad de Piedra y el comienzo del Neolítico. Durante este período, los humanos pasaron de un estilo de vida de cazadores-recolectores a un estilo de vida agrícola más asentado.
Esta revolución fue impulsada por una serie de factores, incluido el cambio climático, el crecimiento demográfico y la domesticación de plantas y animales. A medida que el clima se calentó y los glaciares retrocedieron, los humanos comenzaron a trasladarse a nuevas áreas y a adaptarse a nuevos entornos. También comenzaron a domesticar plantas y animales, lo que les proporcionó una fuente de alimento más fiable que la caza y la recolección.
La Revolución Agrícola tuvo un profundo impacto en la sociedad humana. Condujo al surgimiento de asentamientos permanentes, el desarrollo de nuevas tecnologías y el crecimiento de estructuras sociales complejas. También sentó las bases para el desarrollo de la civilización.
Éstos son algunos de los cambios específicos que marcaron el nuevo comienzo de la Edad de Piedra:
* El desarrollo de la agricultura, que condujo a un modo de vida más asentado.
* La domesticación de plantas y animales, que proporcionaron una fuente confiable de alimento.
* El desarrollo de nuevas tecnologías, como la alfarería y el tejido.
* El crecimiento de estructuras sociales complejas, como pueblos y ciudades.
* El surgimiento de la civilización