La primera referencia a una mesa redonda se encuentra en el poema Brut de Wace del siglo XII. En este poema, la mesa redonda es un símbolo de igualdad entre los caballeros de la corte del rey Arturo. La mesa redonda garantizaba que ningún caballero estuviera sentado encima de otro y que todos tuvieran la misma voz en el consejo del rey.