Los aztecas eran conocidos por sus avanzadas técnicas agrícolas, en particular el uso de chinampas. Las chinampas eran islas artificiales construidas en lagos y canales poco profundos. Se elaboraban apilando capas de barro, abono y otros materiales orgánicos encima de una balsa de juncos o ramas. Luego, en las chinampas se sembraron cultivos como maíz, frijol, calabaza y tomate.
El sistema chinampa era muy productivo y permitía a los aztecas cultivar durante todo el año. Las chinampas también eran muy eficientes, ya que requerían poca agua y fertilizantes. Los aztecas pudieron producir suficientes alimentos para sustentar a una gran población e incluso tenían un excedente de alimentos que podían comerciar con otros grupos.
El sistema chinampa no sólo era importante para la producción de alimentos, sino que también tenía otros beneficios. Las chinampas ayudaron a controlar las inundaciones y también proporcionaron un hábitat para peces y otros animales acuáticos. Las chinampas también fueron utilizadas como red de transporte y ayudaron a conectar diferentes partes del imperio azteca.
El sistema chinampa es un testimonio del ingenio y la adaptabilidad de los aztecas. Era una forma sostenible y eficiente de producir alimentos en un entorno desafiante y ayudó a sustentar una civilización próspera.