Los cuerpos de los pantanos se conservan porque el ambiente ácido de los pantanos evita que crezcan las bacterias y los hongos que causan la descomposición. Esto significa que los cuerpos de las turberas pueden permanecer intactos durante siglos, incluso milenios. En algunos casos, la piel y el pelo de los cuerpos de los pantanos aún se conservan, e incluso pueden conservar su ropa.
Los arqueólogos y antropólogos han estudiado exhaustivamente los cuerpos de las turberas. Han proporcionado información importante sobre la vestimenta, la dieta y la salud de las personas de la Edad del Hierro y la Edad del Bronce. Los cuerpos de las ciénagas también han ayudado a arrojar luz sobre la cultura y las creencias de estos pueblos antiguos.
Además de su importancia científica, los cuerpos de las turberas también son una fuente de fascinación y misterio. Ofrecen una mirada al pasado que es a la vez única e inolvidable. Los cuerpos de los pantanos nos recuerdan que las vidas y muertes de las personas de hace siglos no eran muy diferentes a las nuestras.