- Usarlos en una variedad de estilos:
Los romanos adoptaron y adaptaron los tres órdenes de columnas principales de los antiguos griegos (dórico, jónico y corintio) y los desarrollaron con modificaciones y variaciones, cada uno con sus propias propiedades visuales y estructurales.
- Combinando diferentes pedidos en una única estructura:
Los romanos comúnmente empleaban órdenes superpuestos, donde diferentes órdenes de columnas se apilaban una encima de la otra, creando una jerarquía y complejidad visual.
- Capiteles elaborados:
Las columnas romanas a menudo presentaban capiteles muy ornamentados y elaborados, mostrando tallas y esculturas intrincadas, añadiendo interés visual y expresión artística.
- Columnas como elementos decorativos:
Además de su función estructural, las columnas se incorporaron como elementos decorativos en las fachadas, pórticos e interiores de los templos. Se utilizaron para enmarcar entradas, crear columnatas y mejorar la estética general del edificio.
- Integrando columnas con arcos y bóvedas:
Los romanos hicieron avances significativos en las técnicas de mampostería e incorporaron columnas con arcos y bóvedas, lo que permitió la construcción de interiores grandes y espaciosos dentro de sus templos.
- Significado simbólico:
Los diferentes órdenes de columnas también tenían significados simbólicos y estaban asociados con diferentes deidades. Por ejemplo, el orden dórico se asociaba con la fuerza y la masculinidad, el jónico con la gracia y la elegancia, y el corintio con la opulencia y la grandeza.
- Compromiso con su entorno:
En ocasiones, los romanos utilizaban diferentes tipos de piedras, como mármol o travertino, para crear contrastes visuales y mejorar la apariencia de las columnas en relación con su entorno.