1. Abuso físico: Los niños en las escuelas residenciales a menudo eran sometidos a abusos físicos, incluidas palizas, azotes y otras formas de castigo corporal. Estos castigos a menudo se imponían por delitos menores o por hablar su lengua materna.
2. Abuso sexual: Muchos niños en internados sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes, monjas y otros miembros del personal. Este abuso iba desde tocamientos inapropiados hasta violaciones, y tuvo consecuencias devastadoras para las víctimas.
3. Abuso emocional: Los niños fueron sometidos a abuso emocional, que incluía abuso verbal, aislamiento y humillación. A menudo se les hacía sentir inferiores e inútiles, y se denigraba su cultura y su herencia.
4. Genocidio cultural: El sistema de escuelas residenciales fue diseñado para erradicar las lenguas, culturas y tradiciones indígenas. A los niños se les prohibió hablar sus lenguas nativas, practicar sus ceremonias o expresar su identidad cultural.
5. Descuido: Los niños en escuelas residenciales a menudo eran abandonados y privados de necesidades básicas como alimentos, ropa y atención médica. Esta negligencia provocó desnutrición, enfermedades e incluso la muerte.
6. Desnutrición: Los niños de las escuelas residenciales a menudo reciben alimentos insuficientes y de mala calidad. Con frecuencia pasaban hambre y la desnutrición era generalizada.
7. Negligencia médica: A los niños que enfermaban en los internados a menudo se les negaba atención médica adecuada. Esta negligencia provocó sufrimiento innecesario e incluso la muerte.
8. Pérdida de identidad: El sistema de escuelas residenciales tenía como objetivo asimilar a los niños indígenas a la sociedad eurocanadiense, despojándolos de su herencia cultural y erosionando su sentido de identidad.
9. Trabajo forzoso: Muchos niños fueron obligados a trabajar en el campo, realizar labores domésticas o realizar otras tareas manuales, lo que contribuyó a la explotación económica de las comunidades indígenas.
10. Falta de responsabilidad: Durante muchos años, la Iglesia Católica y otras entidades involucradas en el funcionamiento de escuelas residenciales eludieron la responsabilidad por los abusos que tuvieron lugar, causando un trauma duradero y un dolor continuo a los sobrevivientes indígenas y sus comunidades.
El legado del sistema de escuelas residenciales sigue afectando a las comunidades indígenas de Canadá. Muchos supervivientes sufren de trastorno de estrés postraumático, depresión y abuso de sustancias. El sistema de escuelas residenciales ha dejado una huella duradera en los pueblos indígenas y se necesitarán generaciones para sanar completamente las heridas infligidas por la Iglesia católica.