Esta región, caracterizada por su exuberante selva tropical, suelos fértiles y abundantes recursos hídricos, proporcionó un entorno favorable para el desarrollo de sociedades complejas. Los olmecas establecieron varios centros ceremoniales importantes dentro de su corazón, incluidos San Lorenzo, La Venta, Tres Zapotes y Laguna de los Cerros.
Más allá de su área central, la influencia olmeca se extendió por toda Mesoamérica, influyendo en otras culturas y sociedades. Se han encontrado evidencias de rasgos culturales e iconografía olmecas en varios sitios de México, Guatemala, El Salvador y Honduras, lo que indica una esfera de interacción de amplio alcance.