Urbanización: Los romanos fundaron muchas ciudades nuevas y ampliaron las existentes. Estas ciudades se convirtieron en centros de comercio, administración y cultura. La urbanización condujo a un crecimiento de la población, el desarrollo económico y la movilidad social.
Avance tecnológico: Los romanos lograron importantes avances tecnológicos, como la construcción de carreteras, puentes y acueductos. También desarrollaron nuevas técnicas agrícolas y tecnologías militares. Estos avances mejoraron la calidad de vida de las personas que vivían en el Imperio Romano y contribuyeron a su prosperidad económica.
Desarrollo económico: Las conquistas romanas provocaron la expansión del comercio y el comercio. Los romanos construyeron una red de caminos y vías fluviales que facilitaban el movimiento de mercancías y personas. También establecieron una moneda común y un sistema tributario que fomentaba la actividad económica.
Estabilidad política: El Imperio Romano fue una entidad política relativamente estable durante más de cuatro siglos. Este período de paz y estabilidad permitió el desarrollo económico, el intercambio cultural y el crecimiento de la civilización. Las instituciones políticas y el sistema legal del Imperio Romano también sirvieron de modelo para gobiernos posteriores.