Las tablillas de arcilla se hacían a partir de una mezcla de arcilla y agua, que luego se extendía en finas láminas y se secaba al sol. Una vez que las tablillas estuvieron secas, se inscribieron caracteres cuneiformes utilizando un lápiz, un instrumento puntiagudo. Los personajes se hicieron presionando el lápiz en la arcilla, creando marcas en forma de cuña.
Los babilonios utilizaban un complejo sistema de caracteres cuneiformes, en el que cada carácter representaba una sílaba, una palabra o una frase. Los caracteres estaban dispuestos en columnas y filas, y las tablillas a menudo estaban inscritas en ambos lados.
Los babilonios utilizaban tablillas de arcilla para registrar una amplia variedad de información, incluidas leyes, contratos, transacciones comerciales, acontecimientos históricos y textos religiosos. Las tablillas a menudo se almacenaban en bibliotecas o archivos, donde los eruditos, escribas y otros funcionarios podían acceder a ellas.
El sistema babilónico de escritura y mantenimiento de registros era muy sofisticado para su época y permitió a los babilonios desarrollar una civilización compleja con una rica historia y cultura.