- Tamaño del imperio: El Imperio Romano era vasto y cada vez resultaba más difícil para un solo emperador gestionar eficazmente todas sus provincias. Al dividir el imperio, Diocleciano facilitó su administración y defensa.
- Estabilidad política: Diocleciano quería asegurarse de que se produjera una transición fluida del poder después de su muerte. Al nombrar a un coemperador, creó un sistema de monarquía dual que ayudaría a prevenir la guerra civil.
- Amenazas militares: El imperio se enfrentaba a varias amenazas militares en ese momento, incluidos ataques de los persas en el este y de las tribus germánicas en el oeste. Al dividir el imperio, Diocleciano pudo centrarse más fácilmente en estas amenazas y responder a ellas más rápidamente.
- Eficiencia administrativa: Dividir el imperio también permitió una mayor eficiencia administrativa. Cada coemperador era responsable de una región específica del imperio y tenía la autoridad para tomar decisiones y actuar sin tener que consultar con el otro emperador. Esto permitió tomar decisiones de forma más rápida y eficaz.
En general, la decisión de Diocleciano de dividir el imperio y nombrar un coemperador fue un movimiento estratégico que ayudó a fortalecer y estabilizar el Imperio Romano. Permitió una administración y defensa más efectivas y ayudó a asegurar una transición fluida del poder después de la muerte de Diocleciano.