Tras la ejecución de Carlos I, las fuerzas parlamentarias, dirigidas por Oliver Cromwell, establecieron la Commonwealth de Inglaterra. Sin embargo, el país siguió dividido y las fuerzas realistas continuaron resistiéndose al nuevo gobierno. La lucha se reanudó con fuerza en 1649, cuando los realistas lanzaron varios levantamientos y las fuerzas de Cromwell respondieron con una represión brutal. El conflicto continuó hasta 1651, cuando las fuerzas de Cromwell derrotaron decisivamente a los realistas en la batalla de Worcester.
Las Guerras Civiles Inglesas tuvieron un profundo impacto en el país, tanto política como socialmente. La monarquía fue abolida y reemplazada por una república, y el poder de la aristocracia quedó considerablemente reducido. Las guerras también provocaron un cambio significativo en las actitudes religiosas y culturales, con el surgimiento del puritanismo y el declive de la Iglesia de Inglaterra.