En las escuelas y universidades catedralicias, que surgieron más tarde en el período medieval, los profesores eran a menudo eruditos o intelectuales que ocupaban puestos como catedráticos, conferenciantes o maestros. Estos educadores se especializaron en disciplinas específicas, como teología, derecho, medicina o artes liberales, y se dedicaron a la enseñanza y la investigación para avanzar en sus respectivos campos de conocimiento.
Además, también existían maestros itinerantes conocidos como "eruditos errantes" o "goliardos" que viajaban de pueblo en pueblo ofreciendo sus servicios como educadores y animadores. A menudo poseían una amplia gama de conocimientos y habilidades, y sus enseñanzas contribuyeron a la difusión de ideas e información en diferentes regiones.