En 2016 hablamos del descubrimiento en el promontorio de Tintagel, en Cornualles, de los restos de una fortaleza del siglo V. Precisamente esa es la época en la que los defensores de la historicidad del Rey Arturo sitúan al personaje. Los arqueólogos han seguido trabajando en el sitio, descubriendo artefactos, fragmentos de vidrio y piezas de cerámica. Pero también inscripciones.
De hecho, la primera inscripción apareció ya en 1998. Aquella piedra medieval lleva inscritas varias palabras, pero entre ellas destaca un nombre de origen celta:Artognou. Por supuesto, el parecido de este nombre con el legendario Arturo no pasó desapercibido, y muchos investigadores los relacionaron, mientras que otros rechazaron la identificación por falta de pruebas.
En su esquina superior derecha lleva un símbolo cristiano, una cruz a cuyos lados están el alfa y la omega. Debajo y a su izquierda hay una inscripción en latín:PATERN…COLI AVI FICIT ARTOGNOU (Artognou, descendiente de Patern(us) Colus hizo esto ). Artognou sería un nombre bretón que significaría encontrarse con el oso .

Ya ese año 1998 aparecieron junto a la inscripción numerosos objetos, entre ellos cristalería y monedas de la España visigoda y del Imperio Bizantino, lo que sugiere que el lugar mantenía relaciones comerciales con estos yacimientos.
En el verano de 2017, los arqueólogos encontraron una nueva piedra con inscripciones, textos en latín y letras griegas, así como símbolos cristianos. En esta ocasión, la dotación sitúa la inscripción en el siglo VII y, al igual que la anterior, parece obra de alguien que practicaba la escritura, y no una inscripción oficial.

Pero señalan que quien lo realizó estaba familiarizado tanto con el estilo informal de escritura utilizado en los documentos como con el estilo formal utilizado en los códices iluminados de la época.
Por tanto, creen que el descubrimiento refuerza la teoría de que Tintagel fue la sede de un monarca cuyo reino tenía una cultura cristiana, así como una red de conexiones comerciales que se extendía hasta el Mediterráneo oriental.
La nueva inscripción incluye nombres romanos y celtas, Tito (Titus) y Budic, signos de una comunidad multicultural. También aparecen palabras latinas:fili (hijo) y dúo viri (dos hombres).

La piedra de pizarra en la que están inscritos, de poco más de medio metro de longitud, parece ser el alféizar de una ventana que formaba parte de un edificio de asentamiento medieval.
Según Win Scott, conservador del Patrimonio Nacional Inglés, esto es evidencia de que Tintagel del siglo VII contaba con escribas profesionales familiarizados con las técnicas de escritura manuscrita, vinculados a la iglesia o a las clases altas. También que Tintagel podría haber sido la sede de los reyes de Cornualles.