PISTA. ¡Los arqueólogos ingleses todavía no lo pueden creer! Un tejón ha desenterrado un yacimiento de la Edad del Bronce en Netheravon, no lejos de Stonehenge, Inglaterra. Después de ordenar cuidadosamente los fragmentos de cerámica que había descubierto mientras cavaba su madriguera en la superficie, los intrigados arqueólogos sólo tuvieron que seguir el rastro de excavación del mustélido. Fue entonces cuando se encontraron con un lugar de cremación de 4.000 años de antigüedad. Entre los numerosos objetos desenterrados, aparecieron herramientas de bronce, fragmentos de cerámica, un cincel de pedernal con un mango de hueso decorado, una protección para la muñeca de un arquero, todos encontrados cerca de los restos humanos cremados de un guerrero. Para Richard Osgood, jefe de las excavaciones, estos descubrimientos son similares a los del "arquero de Amesbury", exhumado cerca de Stonehenge en 2002.
Los tejones cavan madrigueras y, a veces, tropiezan accidentalmente con sitios arqueológicos. © Régis Cavignaux
Una de las mayores preocupaciones de los arqueólogos es el daño que causan los animales excavadores. ¡Su tendencia natural les lleva a cavar la tierra suelta, a trastornar los entierros, a mover los restos donde tienen las garras! Aun así, esta no es la primera vez que sus movimientos de tierra han ayudado, sin saberlo, a desenterrar tesoros arqueológicos.
Un tesoro fabuloso descubierto en Charente
El Casco de Agris, es un casco ceremonial galo del siglo IV.
BC, descubierto en una madriguera de tejones en Charente.
© Museo de Bellas Artes de Angulema
En Francia, en 1981, investigadores del CNRS descubrieron del mismo modo el casco de Agris, una de las obras maestras del arte celta europeo (siglo IV a. C.). Mientras exploraban la cueva de Perrats, en Charente, al noreste de Angulema, habían visto fragmentos de metal dorado en el cono de rechazo de una madriguera de tejón... Las excavaciones realizadas durante los días siguientes revelaron la presencia de un casquete, una cimera y diversos elementos de un casco ceremonial cuyo refinamiento siempre te ha dejado boquiabierto. La de un casco de hierro blindado con hojas de bronce, decorado con volutas y motivos florales. Todo completamente cubierto de oro puro. En las células de los entrelazados, incrustaciones de coral rojo originario del Adriático. Otros de la Bahía de Nápoles. Encontrado dislocado - como suele ocurrir en los santuarios celtas hasta las Guerras de las Galias (58 a. C.) - el casco dorado de Agris llegó a eclipsar en todo su esplendor a otros modelos de menor tamaño. ¡El tejón, un animal a observar…!