Según su hagiografía, Inés sufrió el martirio bajo la persecución romana de los cristianos a una edad temprana. Su historia incluye relatos de varios intentos de hacerla renunciar a su fe y una defensa milagrosa para evitar ser quemada en la hoguera, tras lo cual fue decapitada. Venerada como santa dentro de las tradiciones cristianas, Agnes se asocia con temas de pureza, castidad y fe.