Por ejemplo, un centavo de 1959 con doble sello y una segunda impresión prominente y distintiva que afecta características importantes como la fecha o el perfil de Lincoln podría valer entre 25 centavos y varios dólares. Estos errores de duplicación tan importantes a menudo llaman la atención de los coleccionistas serios y pueden alcanzar precios más altos en las subastas numismáticas.
Por otro lado, si la duplicación es menor y apenas perceptible, es posible que el valor no sea significativamente mayor que el centavo normal. Además, el estado general de la moneda, el nivel de desgaste y otras características únicas pueden influir aún más en su valor de mercado.
Si cree que tiene un centavo de 1959 con doble sello y errores de duplicación notables, sería recomendable buscar el consejo de un numismático profesional o un comerciante de monedas con experiencia para obtener una valoración más precisa.