En 1974, el francés Roland Moreno inventó la tarjeta inteligente , una tarjeta de plástico con circuitos integrados que despegará con el desarrollo de las tarjetas telefónicas y de crédito. La tarjeta inteligente encuentra además muchas otras aplicaciones:la tarjeta SIM utilizada en los teléfonos móviles, la tarjeta Vitale, la tarjeta Moneo, las tarjetas de acceso a edificios o las tarjetas de suscripción a servicios prepago como el teléfono o los billetes de transporte.
La patente de la tarjeta inteligente
El invento de Roland Moreno, la tarjeta inteligente, es un rectángulo de plástico de un milímetro de espesor que lleva un circuito integrado capaz de memorizar de forma segura una serie de información. Reúne un microprocesador, una memoria de sólo lectura (o ROM), una memoria de almacenamiento y una memoria de acceso aleatorio de tamaño variable según la suma y la complejidad de la información que contendrá. Este circuito integrado se denomina erróneamente chip, porque en realidad este último se encuentra debajo y está "oculto".
Antes de ponerse en circulación, la tarjeta se codifica para escribir la información personal del usuario en el chip. La primera patente se presentó el 25 de marzo de 1974 y describía "un objeto de memoria portátil que reivindica medios inhibidores" (que garantizan la protección de datos) asociados a "un comparador con un comparador de errores" (combinación típicamente utilizada para el uso del código secreto asociado al tarjeta).
Roland Moreno, un inventor atípico
El inventor forma parte de los "originales", más cercano a un "Géo Trouvetout" que a un Steve Jobs. Nacido el 11 de junio de 1945 en El Cairo, Roland Moreno se apasionó desde muy temprano por la electrónica. Aprueba el bachillerato, abandona la universidad y luego realiza multitud de trabajos ocasionales:carnicero, diseñador publicitario, distribuidor de folletos, oficinista, constructor de trineos, periodista-reportero en Detective, chico de los recados en L'Express, editorialista, columnista. ... En resumen, es un experto en todos los oficios autodidacta. Continúa inventando a lo largo de su vida nuevas máquinas más o menos delirantes. Entre sus hallazgos, podemos citar el cuscuta (que permite crear nuevas palabras algorítmicamente), el pianok (piano de bolsillo) o el matapof (máquina para disparar cara o cruz).
En marzo de 1972, creó la asociación Innovatron y luego, en julio, una empresa del mismo nombre “para vender ideas”. Desde 1975 comercializa nombres de marcas o productos. También es autor de un libro, La Théorie du bordel ambient, en el que comparte todos sus pensamientos sobre el mundo.
Cuarenta y cinco patentes
La protección industrial de su tarjeta inteligente se ampliará mediante la presentación de varios certificados de adición y patentes, como el contador de errores, que hace que el chip se autodestruya en el futuro. caso de presentación repetida de un código falso, que se basan en la patente básica, y en presentaciones en once países. Gracias a esta tecnología, hizo una fortuna. Le reporta 150 millones de euros, lo que no deja de generar polémica. De hecho, si él presentó la patente, otros inventores reclaman la paternidad de la tarjeta inteligente. Uno de los más vehementes fue un ingeniero del Centro Nacional de Estudios de Telecomunicaciones (CNET) que afirmó que la asociación Innovatron le había robado su idea en 1973. Pero a pesar de numerosas quejas, sus medidas fueron rechazadas sistemáticamente.
En 2011, el Tribunal de Casación sostuvo que "no había cargos suficientes contra nadie que hubiera cometido los delitos imputados , ni ningún otro delito'. Otros atribuyen la invención a los alemanes Jürgen Dethloff y Helmut Grôttrup, quienes la habrían desarrollado quince años antes. Pero todas estas polémicas no menoscaban en modo alguno el trabajo de Moreno, que en 1996 recibió el Eduard. Premio Rhein, un prestigioso premio alemán, en la categoría de tecnología Incluso fue condecorado con la Legión de Honor en 2009.
La tarjeta inteligente:un mercado en expansión
A finales de los años 90, las patentes de Roland Moreno relacionadas con la tarjeta inteligente -al igual que el monedero electrónico- pasaron a ser de dominio público, pero él siguió siendo el director de su empresa Innovatron. Cuando murió a la edad de 66 años, el 29 de abril de 2012, a causa de una embolia pulmonar en su casa parisina, ya no recibía regalías por las tarjetas inteligentes, pero seguía cobrando comisiones por las tarjetas "sin contactos» del Velib' o Tipo Navigo Desde entonces, el mercado de tarjetas inteligentes ha seguido creciendo.
En 2011, se produjeron 6,3 mil millones de unidades. Roland Moreno afirmó que su tarjeta inteligente tenía "un número limitado de aplicaciones" -banca, teléfono, aparcamientos, decodificadores de televisión y la tarjeta sanitaria-, y que más allá de eso, se dijo "un poco escéptico". La producción (75%) se destina al mercado de las telecomunicaciones (incluidas las tarjetas SIM para teléfonos móviles) y el 16% al pago (tarjetas bancarias). El número de pagos con tarjetas inteligentes ha superado al de pagos con cheques.
Para ir más allá
- Teoría del burdel ambiental, de Roland Moreno. El Archipiélago, enero de 2002.
- Los 1001 inventos que cambiaron el mundo, por Jack Challoner. Flammarion, 2010.