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La historia del escarabajo.

El Beetle es uno de los coches más populares de toda la historia. En Brasil, este modelo apareció en 1953. La historia del escarabajo.

Por Rainer Sousa

Escarabajo, Huevito, Maggiolino, Bug, Coccinelle y Beetle son sólo algunos de los sinónimos utilizados para nombrar al Beetle, uno de los coches más populares de toda la historia. Los más simpatizantes de la modernidad piensan que este automóvil tiene un sabor nostálgico y que ni siquiera se acerca a las potentes máquinas que se producen hoy en día. Por otro lado, una gran legión de aficionados se empeña en conservar y mantener viva la memoria de este mito del automóvil.

A pesar de su buen nombre, la historia del Beetle está ligada a un contexto muy alejado del glamour y la amabilidad de este pequeño automóvil. Hacia 1932, el alemán Ferdinand Porsche comenzó a esbozar los diseños de un nuevo coche que llevaría el nombre de “Volkswagen”, que en alemán significa “el coche del pueblo”. Mientras se probaban las primeras versiones, el gobierno alemán se interesó por el proyecto e hizo una inversión de 200.000 marcos para la fabricación de tres prototipos.

Con un increíble motor refrigerado por aire, el Beetle despegó con más de un año de retraso, con el nombre Volksauto-series VW-3 y fue probado durante 50 mil kilómetros. En 1938, debido al buen comportamiento del vehículo, se tomaron varias actuaciones para que se pudiera iniciar su producción en serie. Poco después, este importante paso en la vida del Escarabajo acabó por verse interrumpido por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

A partir de 1939, utilizando la misma plataforma que el Beetle, los alemanes crearon el jeep Kübelwagen, el anfibio Schwimmvagen y el Kommandeurwagen, que se utilizarían en los campos de batalla de la época. En 1944, al final de la guerra, la fábrica situada en Fallersleben quedó completamente destruida por los bombardeos lanzados por las fuerzas aliadas. Sin prestigio alguno en el mercado, la fabricación acabó siendo retomada tímidamente por el mayor inglés Ivan Hirst. Poco después, el gobierno recuperó el proyecto, dejándolo bajo la tutela de Heinrich Nordhoff.

En aquel momento, Nordhoff tomó varias medidas para que el Beetle alcanzara los niveles de los vehículos producidos a gran escala. En el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, el vehículo superó los 25.000 ejemplares y lanzó su primera versión descapotable. Los holandeses pronto se dieron cuenta de la idea y entraron en la historia del vehículo como su primer importador. En la década de 1950, los estadounidenses intentaron popularizar el modelo en todo el continente americano.

El 23 de marzo de 1953 se instaló la primera sucursal de Volkswagen en Brasil con la misión de popularizar el Escarabajo en nuestras tierras. En las décadas siguientes, este coche legendario experimentó las oscilaciones que lo situaron entre el estrellato y el declive. Se convirtió en el tema de una película de Walt Disney, se vio amenazado por la competencia de modelos más atrevidos y se volvió a producir a petición de un Presidente de la República. En 2003, una fiesta de despedida marcó la fabricación de su último ejemplar.


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