Tadeusz Kościuszko no podría haber elegido a un hombre mejor y encargó a Jan Henryk Dąbrowski iniciar un levantamiento en la Gran Polonia. El recién formado general hizo un trabajo ejemplar y logró un éxito brillante.
El talento militar de Dąbrowski se reveló en la lucha insurgente. Durante la primera defensa de Varsovia en junio y julio de 1794, Kościuszko le confió el mando de la sección de Czerniaków. El general mostró allí una gran actividad, defendiéndose de los ataques prusianos y organizando muchas ofensivas audaces.
Luego, en ausencia del enfermo príncipe Poniatowski, comandó con éxito todo el ala derecha de la defensa. Y durante la batalla por Olszynka Powązki, la mayor batalla del asedio, junto con el gobernador rechazó el ataque prusiano, frustrando el plan de apoderarse de la capital desde el norte.
¡Organización primero!
El comandante en jefe apreció sus méritos:Dąbrowski fue el primero en recibir un anillo de bodas con la inscripción "Patria de su defensor". Kościuszko lo convirtió en uno de sus comandantes de mayor confianza. También se le encomendó una tarea importante:apoyar el levantamiento en la Gran Polonia.
Dąbrowski era uno de los comandantes más confiables de Tadeusz Kościuszko.
Dąbrowski organizó cuidadosamente la expedición, seleccionó oficiales y preparó un plan de acción. A finales del 13 de septiembre de 1794, al frente de un cuerpo de tres mil hombres, cruzó con eficacia el río Bzura y marchó hacia la Gran Polonia. Derribando unidades prusianas más pequeñas en el camino, tomó Gniezno, capturó Bydgoszcz y estaba a punto de atacar Toruń.
Mientras tanto, incluyó unidades insurgentes locales en sus unidades regulares y las entrenó. Complementó suministros, uniformes y armas. Tenía la intención de ampliar el alcance del impulso. Los éxitos de la expedición fueron apreciados por el Guardián, quien lo ascendió a teniente general.
Fin de los sueños
Sin embargo, en octubre, debido a la llegada de fuerzas prusianas más numerosas y la derrota en Maciejowice, Dąbrowski se vio obligado a decidir retirarse de Gran Polonia y partir hacia Varsovia. Como destaca el biógrafo del general, el Dr. Marek Rezler, sus actividades en el distrito occidental le valieron un merecido reconocimiento:
Los historiadores militares valoran muy favorablemente la expedición de Dąbrowski a la Gran Polonia. Reforzó la opinión de un general poco conocido como un militar capaz y un organizador resistente. Durante el período comprendido entre mediados de septiembre y finales de octubre, el cuerpo bajo su mando no sufrió ninguna derrota, libró dos escaramuzas graves [...] perdiendo sólo unas 100 personas.
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Ya en ese momento, Dąbrowski demostró ser un comandante prudente, capaz de sacar a su unidad de una posición difícil, sin determinar los méritos midiendo el número de bajas. No tuvo la oportunidad en 1794 de librar una brillante batalla que le habría valido la reputación de excelente comandante. Resultó ser un experto en su oficio, no exento de fantasía, iniciativa y garbo, pero al mismo tiempo prudente y evitando riesgos excesivos.
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