En ese momento, Irlanda enfrentaba dificultades económicas y malestar social, particularmente entre los agricultores arrendatarios que alquilaban tierras a terratenientes ricos. La Irish Land League, una organización que abogaba por los derechos de los agricultores arrendatarios, estaba ganando influencia y buscaba activamente reformas en la tenencia de la tierra y la reducción de los alquileres.
En octubre de 1880, la Irish Land League inició una campaña contra el Capitán Boicot, conocido por su duro trato a los inquilinos y su resistencia a sus demandas de mejores condiciones. La Liga pidió a la comunidad local que evitara y excluyera socialmente al boicot, aislándolo efectivamente de sus vecinos y de los servicios esenciales.
La comunidad siguió el llamado de la Liga con notable unidad. Las tiendas locales se negaron a venderle productos, los agricultores se negaron a trabajar en sus tierras e incluso los trabajadores postales se abstuvieron de entregar el correo en su residencia. Boycott se vio completamente dependiente de suministros y apoyo externo a la comunidad.
El término "boicot" rápidamente ganó popularidad porque encapsulaba la acción colectiva tomada contra un individuo u organización como una forma de protesta o presión económica. El éxito de la campaña de boicot en el condado de Mayo inspiró acciones similares en movimientos y luchas posteriores, tanto en Irlanda como fuera de ella.
Con el tiempo, la palabra "boicot" se convirtió en un término ampliamente reconocido para describir cualquier negativa organizada a tratar o apoyar a una entidad en particular, generalmente como medio de protesta o coerción. Sigue siendo una táctica poderosa utilizada en diversos contextos, incluidos conflictos laborales, movimientos de derechos civiles y acciones políticas internacionales.