Los historiadores actuales coinciden en que el brutal asesinato de Nicolás II y su familia en julio de 1918 podría haberse evitado. Lamentablemente, su primo, el rey inglés Jorge V, no invitó a los Romanov a su país, dejándolos así a merced de los bolcheviques. El 15 (2) de marzo de 1917, Nicolá