En la antigua tierra de Egipto, donde fluía el río Nilo y se alzaban las pirámides, existía una diosa de la belleza, el amor, la música y la danza llamada Hathor. Fue venerada como una de las deidades más queridas e influyentes de la mitología egipcia.
Nacimiento y Orígenes
Los orígenes de Hathor variaron en diferentes mitos. Algunas historias afirmaban que surgió del ojo del dios sol Ra, mientras que otras creían que era la hija de Ra. Estaba estrechamente asociada con la diosa del cielo Nut y a menudo se la representaba como una mujer con cabeza de vaca, que simboliza la alimentación y los instintos maternos.
Diosa del Amor y la Belleza
Hathor era conocida como la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. A menudo la invocaban mujeres que deseaban amor, hijos y felicidad conyugal. Sus templos se adornaban con flores y ofrendas en su honor, y sus fiestas se celebraban con alegría, música y danza.
El Ojo de Ra
A Hathor se la conocía frecuentemente como el Ojo de Ra. En algunos mitos, cuando Ra envió a su hija Sekhmet a castigar a la humanidad, Hathor intervino para restaurar la paz y la armonía. Para calmar la ira de Sekhmet, Hathor creó cerveza mezclada con jugo de granada y se la ofreció a Sekhmet. La cerveza se volvió roja, parecida a la sangre, y Sekhmet la confundió con sangre de humanos. Mientras bebía, se embriagaba y se tranquilizaba, salvando así a la humanidad.
Viaje Cósmico con Ra
En otro cuento, Hathor acompañó a Ra en su barco celestial mientras navegaba por los cielos todos los días. Ella lo protegió de los enemigos y le proporcionó sustento durante su viaje.
Festivales de Hathor
El festival más importante dedicado a Hathor se celebraba anualmente en la ciudad de Dendera. Durante este festival, las mujeres se adornaban con elaboradas joyas, flores y perfumes, mientras los hombres tocaban instrumentos y bailaban. El templo de Hathor en Dendera estaba profusamente decorado y la gente se reunió para ofrecer sus oraciones y expresar su devoción.
Legado y significado
La influencia de Hathor se extendió más allá de Egipto. Fue venerada por las civilizaciones vecinas de Nubia, Libia y Canaán, quienes adoptaron y adaptaron su culto a sus propias prácticas religiosas.
El culto a Hathor decayó con el surgimiento del cristianismo en Egipto, pero su influencia sigue viva en el arte, la literatura y la cultura popular. Sigue siendo un símbolo perdurable de amor, belleza, música y alegría.