La Ley de Policía Metropolitana de 1829 fue una ley histórica que estableció el Servicio de Policía Metropolitana (MPS) en Londres, Inglaterra. El MPS fue la primera fuerza policial moderna del mundo y su creación marcó un cambio significativo en la forma en que se aplicaba la ley en la ciudad.
Antes de la Ley de la Policía Metropolitana, la aplicación de la ley en Londres era responsabilidad de una variedad de organizaciones diferentes, incluida la Policía de la Ciudad de Londres, los agentes parroquiales y los Bow Street Runners. Estas organizaciones a menudo estaban mal coordinadas y eran ineficientes, y no podían abordar eficazmente el creciente problema de la delincuencia en la ciudad.
La Ley de Policía Metropolitana se aprobó en respuesta a una protesta pública por una mejor aplicación de la ley. La ley creó el MPS y le dio la responsabilidad de vigilar toda el área metropolitana de Londres, que en ese momento incluía la ciudad de Londres y las parroquias circundantes. El MPS estaba organizado de forma centralizada, con un único comisionado a cargo de toda la fuerza.
La Ley de Policía Metropolitana también introdujo una serie de nuevos métodos policiales, incluido el uso de patrullas, trabajo de detective y prevención del delito. Estos métodos tuvieron mucho éxito y ayudaron a reducir significativamente la delincuencia en Londres.
La Ley de Policía Metropolitana de 1829 supuso un importante punto de inflexión en la historia de la aplicación de la ley. El MPS estableció un nuevo estándar para el trabajo policial y ha sido ampliamente imitado por las fuerzas policiales de todo el mundo.