Esta lista negra tuvo graves consecuencias para los afectados, ya que a menudo les impedía conseguir un trabajo en su campo, o incluso en cualquier otro. Esto podría provocar dificultades financieras, así como aislamiento social y emocional.
Las audiencias McCarthy, en particular, fueron un período de intenso escrutinio y paranoia en Estados Unidos, y muchas personas fueron acusadas de ser comunistas sin ninguna prueba real. Esto creó una atmósfera de miedo y sospecha, y muchas personas tenían miedo de hablar en contra del gobierno o expresar opiniones disidentes. Como resultado, algunas personas fueron incluidas en listas negras y perdieron sus empleos, mientras que otras se vieron obligadas a mentir sobre sus creencias o asociaciones para conservar sus empleos.