La Ley del Timbre también fue vista como una amenaza a los intereses económicos de las colonias. La ley imponía un impuesto a una amplia gama de productos, incluidos periódicos, naipes y folletos. Este impuesto hizo que a los colonos les resultara más difícil adquirir estos bienes y también provocó un declive en la industria editorial.
Las protestas contra la Ley del Timbre fueron un importante punto de inflexión en la relación entre el gobierno británico y las colonias americanas. Las protestas demostraron que los colonos estaban dispuestos a defender sus derechos y allanaron el camino para la Revolución Americana.