En el contexto de una monarquía, la consorte suele desempeñar un papel ceremonial y de apoyo, acompañando al monarca en compromisos oficiales y brindándole apoyo moral. Sin embargo, en algunos casos, la consorte también puede tener un papel político, como servir como regente durante la ausencia o incapacidad del monarca, o como asesor o confidente.
El título de consorte es distinto del de monarca y no confiere ningún poder o autoridad directa. Sin embargo, la posición de la consorte puede ser influyente y es posible que tenga la oportunidad de utilizar su plataforma pública para promover causas o iniciativas que le interesen.
En los últimos años, ha habido una tendencia a otorgar a las consortes roles más activos y visibles en la monarquía, y algunas consortes asumen deberes y compromisos públicos propios, e incluso participan en discusiones políticas. Sin embargo, el alcance del papel de una consorte puede variar según el país, la cultura y las tradiciones históricas.