Sí, el drama isabelino dependía en gran medida del vestuario. Los disfraces se utilizaban para indicar el estatus social, la ocupación y la personalidad de un personaje. Por ejemplo, un noble podía llevar un jubón y medias ricamente decorados, mientras que un campesino podía llevar una sencilla bata y pantalones. Los disfraces también ayudaron a crear una sensación de atmósfera y a transmitir el estado de ánimo de una escena. Por ejemplo, se puede usar un disfraz oscuro y sombrío para crear una sensación de presentimiento, mientras que se puede usar un disfraz brillante y colorido para crear una sensación de alegría.
Además de sus funciones simbólicas y atmosféricas, los trajes también desempeñaron un papel práctico en el drama isabelino. Ayudaron a proteger a los actores del frío y la lluvia, y también facilitaron que el público pudiera verlos y oírlos.
El vestuario del teatro isabelino era una forma de arte compleja y elaborada. Requirió la estrecha colaboración del dramaturgo, el actor, el diseñador de vestuario y el sastre. El resultado fue una experiencia teatral visualmente impactante y significativa que transportó al público a otro mundo.