Antes de contratar a Sun Tzu como general, el rey Wu quería poner a prueba sus habilidades. Para ello, encargó al genio estratega que entrenara a su harén de 180 concubinas como soldados. A principios del siglo II y I a. C. vivió Sima Qian, un escritor y cronista que, además de su padre (Sima Tan)