La disuasión nuclear ha sido una parte clave de la seguridad internacional desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Ha ayudado a prevenir conflictos importantes entre países con armas nucleares y ha desempeñado un papel en el mantenimiento de la paz durante períodos de tensión.
Sin embargo, la disuasión nuclear también es una estrategia peligrosa e inestable. Si una de las partes juzga mal la voluntad de la otra de utilizar armas nucleares, o si se produce un error técnico o humano, una guerra nuclear podría comenzar por accidente.
No hay garantía de que la disuasión nuclear funcione para siempre. A medida que aumenta el número de países con armas nucleares y cambia la tecnología, aumenta el riesgo de una guerra nuclear.
Por estas razones, mucha gente cree que deberían abolirse las armas nucleares. Argumentan que el riesgo de una guerra nuclear es demasiado grande y que no hay forma de garantizar que la disuasión nuclear funcione indefinidamente.
Otros creen que las armas nucleares son necesarias para mantener la paz y la seguridad. Sostienen que las armas nucleares han evitado grandes guerras entre países con armas nucleares y que han desempeñado un papel positivo en el mantenimiento de la estabilidad durante períodos de tensión.
En última instancia, la decisión de abolir o no las armas nucleares es compleja y difícil. Hay argumentos válidos en ambos lados de la cuestión.