Cambios territoriales y políticos:El Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial, fue ampliamente considerado como duro y punitivo para Alemania. Este tratado generó resentimiento y amargura dentro de la sociedad alemana y alimentó un deseo nacionalista de venganza y recuperación de territorios perdidos.
Ascenso del totalitarismo:El período de entreguerras fue testigo del surgimiento de regímenes totalitarios en varios países, en particular Alemania (nazismo bajo Adolf Hitler), Italia (fascismo bajo Benito Mussolini) y Japón (militarismo y expansión imperial). Estos regímenes buscaron desafiar el orden mundial establecido y expandir su influencia territorial.
Depresión económica:La Gran Depresión, que comenzó a finales de la década de 1920, causó una devastación económica generalizada e inestabilidad política a nivel mundial. Los países lucharon por hacer frente a las crisis sociales y económicas resultantes, y algunos vieron un mayor apoyo a los líderes de derecha, nacionalistas y autoritarios.
Política de apaciguamiento:varias naciones, en particular Gran Bretaña y Francia, siguieron una política de apaciguamiento para evitar conflictos militares o nuevas concesiones territoriales. Esta política de compromiso con las potencias agresivas no logró disuadir a regímenes expansionistas como la Alemania nazi y sólo los animó a hacer más demandas.
Carrera armamentista:Japón, Italia y Alemania participaron en una acumulación de armas y una expansión militar, desafiando a las potencias establecidas y amenazando el equilibrio de poder que había existido en Europa y Asia antes de la Primera Guerra Mundial.
Aspiraciones étnicas y nacionalistas:Europa y Asia continuaron lidiando con disputas étnicas, nacionales y territoriales incluso después de la Primera Guerra Mundial. Estos conflictos y divisiones políticas de larga data contribuyeron a la inestabilidad y proporcionaron un terreno fértil para que los movimientos nacionalistas explotaran.
En resumen, las causas de la Segunda Guerra Mundial fueron multifacéticas e incluyeron una combinación compleja de factores políticos, económicos, territoriales, étnicos y estratégicos, con raíces tanto en la era posterior a la Primera Guerra Mundial como en los acontecimientos a lo largo del período de entreguerras. Culpar la Segunda Guerra Mundial únicamente a la Primera Guerra Mundial sería pasar por alto otros factores importantes que contribuyeron al segundo conflicto global.