El 7 de agosto de 1998 se produjeron atentados terroristas coordinados contra las embajadas de Estados Unidos en las ciudades de Nairobi, Kenia, y Dar es Salaam, Tanzania, que mataron a 224 personas. Los ataques fueron perpetrados por Al Qaeda, una organización terrorista liderada por Osama bin Laden. Los atentados fueron una represalia por la participación de Estados Unidos en la Guerra del Golfo Pérsico y el apoyo de Estados Unidos a Israel.